• Desempleo y riesgo de enfermedades cardiovasculares.

    14 de abril de 2014 | Noticias

    Aumento del estrés, trastornos alimentarios, de sueño, aumento de sedentarismo, obesidad son algunas de las consecuencias del desempleo, relacionado con el deterioro de la salud, actor principal en condiciones que van desde la depresión hasta enfermedades cardiovasculares. Una conversación con el Dr. Luis Sosa, médico internista, quien me visitó en la radio lo dejó mucho más claro. Una pregunta para debatir: ¿nuestras cifras de desempleo y economía informal nos hacen una país enfermo?

    ¿Por qué el desempleo puede causar infarto?
    En Estados Unidos y Japón, se han hallado asociaciones que indican un riesgo dos a tres veces mayor de sufrir un padecimiento cardiaco en circunstancias de desempleo. Las razones por las cuales se considera que el desempleo causa un deterioro de la salud son bastante complejas; pero, en general, se podrían clasificar en cuatro grandes mecanismos interrelacionados: la movilidad social descendente, el impacto psicosocial, la adquisición de hábitos y conductas riesgosas y la limitación al acceso a los servicios de salud.

    La movilidad social descendente se presenta cuando la persona desempleada se ve obligada a estar en una condición desventajosa en la que se afecta no solo su estado anímico y su autoestima, sino que, además, lo lleva al aislamiento social y al cambio de hábitos. De hecho, estos sujetos se alimentan mal y son proclives a consumir alcohol o sustancias psicoactivas, asumiendo conductas riesgosas para la salud.

    Las dificultades aparecen a medida que pasa el tiempo y no se encuentran maneras de generar ingresos y, por lo tanto, las necesidades se vuelven abrumadoras, como resultado de esta situación, se desencadena toda una serie de consecuencias, que van desde la ansiedad, la depresión o la pérdida del autoestima, incluso puede llevar al suicidio.
    Además, el estrés ejerce cambios en el sistema nervioso autónomo favoreciendo la liberación de ácidos grasos libres y glucosa en la sangre, así como el incremento de la frecuencia cardiaca y de la presión sanguínea. Dicha respuesta puede sostenerse de manera crónica ocasionando daños en el sistema cardiovascular.

    El desempleo, por si solo produce un cuadro de compromiso cardiovascular que amerita atención. La persona en esta situación puede tener una barrera tanto para el acceso a los especialistas como para el tratamiento, haciendo aún más factible el aumento del número de enfermos cardiovasculares y con ello el costo para el estado.

    En  caso de desempleo, ¿qué hacer para conservar la salud cardiovascular?
    1.    Planifique su día: el tiempo de ocio puede tentarlo a dormir largas horas. Conservar un horario para dormir le ayuda a descansar mejor, con ello estará más atento a las oportunidades.
    2.    No se refugie en los vicios: alcohol, drogas, cigarrillo son escápes temporales que lo único que harán es dañar su salud.
    3.    Procure una alimentación balanceada: el estrés juega sucio y puede caer en comer exceso de grasas, sal y carbohidratos.
    4.    Piense en sus habilidades y mejore su formación: use el tiempo para repensar en sus capacidades y busque formas de mejorarlas.
    5.    Haga ejercicio: mejora la memoria, concentración, capacidad de solución de problemas y baja el estrés aspectos claves para tener la mente clara y conseguir trabajo.

    Una reflexión final: las políticas de empleo no solo deben mirarse como una forma de impulsar la economía de un país, sino como una herramienta en pro de la salud del ser humano.

    Foto: www.lanacion.com.ve

    Por Lic. Maira Prado, Fisioterapeuta.

    @MairaPradoL