¡Estás estresado! Escuchamos continuamente como un comentario casi… en juego.
El estrés mantenido y no controlado puede manifestarse de muchas formas, y tal como una gota de agua que cae sobre un techo… termina fragmentando tu salud.
Cuando estás estresado puedes vivir con palpitaciones, crisis de hipertensión arterial, sudoración, exceso o pérdida de apetito , insomnio, enrojecimiento facial, dolores de cabeza a repetición, dolores musculares y/o articulares, dolor o sensación de opresión en el tórax , pérdida de peso o aumento de peso, cansancio, debilidad, astenia, ansiedad, crisis de angustia y/o de agresividad, sensación de impotencia, olvidos a repetición, bajo nivel de tolerancia para con las demás personas, falta de concentración, bajo rendimiento, baja autoestima y depresión.
Si el estrés no se diagnóstica oportunamente puede derivar en enfermedades como hipertensión arterial severa, infarto del miocardio, enfermedades endocrinas, enfermedades gastrointestinales, enfermedades reumatológicas, y hasta enfermedades oncológicas. Es por eso que estar estresado… no es un chiste.
Como seres humanos nos enfrentamos cotidianamente a un montón de estímulos estresores ya sean laborales, profesionales, familiares, sentimentales, y medioambientales especialmente en la Venezuela actual, donde confluyen una serie de circunstancias que dibujan un panorama que tiende a agravar esta situación. Si, el ambiente influye… y tú también. Con una vida activa, alimentación balanceada tienes el mejor seguro contra el estrés.
Foto: nicholasferguson.org
Por Lic. Maira Prado, Fisioterapueta. @MairaPradoL